Y, es normal que quieras darle una nueva identidad, siempre viene bien un lavado de cara…
El problema viene si no tienes en cuenta el SEO cuando te pones a hacer cambios.
Porque, corres el riesgo de perder el posicionamiento que tanto trabajo te había costado conseguir.
Pero, ¿qué puedes hacer para que eso no pase?
Consejos que debes tener en cuenta antes de ponerte manos a la obra:
1 Arquitectura.Cómo se organiza la información de tu web es lo primero.
Así le darás relevancia a las secciones que más interés tienen para tu negocio y podrás ponerlas como el primer nivel en la navegación.
¿Cómo?
Elimina todo aquello que has comprobado que no aporta nada, desde productos que ya no trabajas, como URLs sin tráfico.
2 Haz los cambios en una versión que no sea la oficial.
Tienes que desarrollar esa versión de la nueva web en un subdominio por si hay algún fallo.
Pero, ¡importante!
Indica a Google que no puede registrarla, para que no te la etiquete como contenido duplicado y no compita una web con su copia.
3 Atento a las URL.
¿En el rediseño las URLs cambian y son páginas importantes para el proyecto?
Redirecciónalas y déjale claro a Google la equivalencia entre la página antigua frente a la nueva.
Mantén el title (el título de la página), la descripción y los contenidos que no vayas a cambiar en la web rediseñada.
(Sobre todo si tienen gran rendimiento SEO)
4 Comprobación del proceso de migración.
Esta migración es el paso del subdominio que has creado para realizar los cambios a tu dominio principal.
Y, para terminar…
Comprueba que todo funciona perfectamente, el carrito de compra, registro de los usuarios, los formularios y las conversiones.
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