“¡¿Pero por qué esto debe ser tan complicado?!” -tal vez te preguntes. ¡No tiene que serlo! Consejos basados en los hábitos que más me ayudan en mi día a día.
Toma tu lista de tareas pendientes. (Solo mirarla puede provocar una jaqueca, ¿verdad? No te preocupes: ¡nos encargaremos de eso!) Considera las siguientes estrategias:
- Elimina todas las tareas que no sean esenciales. Focalízate en lo esencial.
Escojo dos o tres metas principales cada día, de tu lista de tareas. Una vez que hayas logrado las metas esenciales podrás ocuparte del resto de las tareas pendientes menos importantes del día. Agrupa las 2-3 tareas grandes por un lado y las pequeñas por el otro. Evalúa tus metas semanalmente.
Lo sé: seguramente estarás pensando, “¡¿Tres tareas diarias?! ¡Pero tengo tanto por hacer!” Escucha -seguramente nunca logres las miles de tareas que tienes, ¿entonces qué sentido tiene vivir tan estresada? Si le brindas prioridad a lo esencial, tus logros pesarán más y te sentirás mucho menos estresada.
- Cómo discernir qué es lo esencial: convierte identificar lo esencial en una prioridad. ¿Qué tareas tienen más peso en tu vida profesional y personal? Éstas son las esenciales. Recuerda que las tareas “urgentes” muchas veces no lo son fuera de nuestras mentes sobrecargadas. Y a veces lo “necesario” deja de serlo. Acostúmbrate a delegar cuando puedas y a decir que no.
Recuerda también que cualquier tarea pequeña es importante solamente si ayuda a concretar una tarea esencial.
No temas eliminar. Es importante elegir lo que le aportará a tu vida sobre lo demás. Toma control. Se más feliz y trabajarás mejor -y en menos tiempo.
- Una tarea a la vez. La multitarea desperdicia energía y hace difusa la capacidad intelectual. Logra tus 2-3 metas esenciales primero y el resto de tu día será liviano y relajado.
- Reduce tus distracciones-RSS feeds, suscripciones de todo tipo, actividad en redes sociales y foros, programas de televisión, revistas y diarios que leas, programas de chat, etc. Limita tus cuentas de email a una o dos y programa filtros en estas para evitar el spam. Reduce tu consumo de información superflua (admítelo: la mayoría es superflua. Después de un tiempo, ¡hasta yo pude darme cuenta de esto!). Esto te ahorrará horas. Si comienzas a trabajar antes de chequear tus emails, podrás concentrarte con más facilidad en tu tarea esencial.
- Reduce tus horas de trabajo. Reten tu cordura y trabaja con más eficiencia. Trabaja un máximo de 8 horas diarias. ¿Puedes reducirlas a 6? Genial. Si puedes focalizarte intensamente en tus metas en esas pocas horas, tendrás el resto del día para las actividades que te brinden más felicidad -tu familia, amistades, deportes, etc.
Si te encuentras con poca energía, toma una siesta de 15-20 minutos. (¡Ah, las virtudes de trabajar desde casa!) Y toma recreos frecuentes para evitar saturarte-de 10, ¡hasta de 20 minutos! Lo que te funcione mejor; no hay una regla fija para todas. Toma una caminata, estírate, despeja tu mente, ¡y aléjate de tu computadora!.
- ¿Y además del trabajo? ¡Deshazte del desorden! El desorden distrae. Ejemplos: Si siempre dejas las cosas en el mismo lugar, no gastarás tiempo buscándolas. Enséñale a tu familia a que sea ordenada. Ocúpate de todos tus recados a la vez, uno tras otro. Haz lo que puedas vía Internet -paga tus cuentas, ingresa a tu cuenta bancaria. Y si puedes, contrata a alguien para lo que puedas delegar: limpieza, cocinar, cuidar de los niños, pasear al perro, tareas administrativas. Si no es una posibilidad, considera intercambiar tareas con otra persona.
Pueden tomar turnos cuidando a los niños, por ejemplo, y así tendrás noches libres sin tener que contratar a una niñera y tus hijos tendrán con quién jugar.
Si todo esto suena abrumador, comienza de poco a poco. Crear hábitos y tomar pasos pequeños te ayudará a sentirte en control y a adoptar estas rutinas que te cambiarán la vida.
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