Apple Silicon M1 se destaca.

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Dos ventajas clave sobre los modelos anteriores con Intel: la potencia y batería. Este equipo sustituye al MacBook Pro de entrada anterior, que contaba con un procesador Intel de octava generación y no de décima, como los modelos de gama alta. Es algo a tener en cuenta a la hora de comparar la CPU del M1.

Con los datos de Apple encima de la mesa, tenemos las siguientes características destacadas:

• Subimos de 4 a 8 núcleos la CPU, aunque desconocemos la frecuencia de la misma. Pasamos a tener 4 cores de alto rendimiento y 4 cores de eficiencia energética. El resultado: una CPU hasta 2,8 veces más rápida.
• Pasamos a una GPU dedicada de 8 núcleos, dejando las gráficas integradas Intel Plus Graphics. Como consecuencia, los gráficos son hasta 5 veces más rápidos.
• Contamos con chips dedicados a tareas como la edición de video en 4K o el Neural Engine, que descargan enormemente al procesador principal.
• Ganamos entre 7 y 10 horas más de autonomía en determinadas tareas. Una batería que tendremos que poner a prueba en Applesfera.

Hay otra mejora menor, que es el paso a una tecnología de conexión Wi-Fi 6 superior a la que contaban estos modelos hasta ahora. Y eso es todo, que no es poco. El cambio a una arquitectura propia desvela mejoras clave en la potencia y consumo del equipo, dando como resultado un rendimiento por vatio enorme.

El nuevo MacBook Pro con Apple Silicon cuesta lo mismo en dólares, aunque trae una rebaja de 50 euros sobre la generación anterior por el tipo de cambio (aquí tenemos una comparativa más a fondo de precios, con ahorros de hasta 425 euros). Muchos usuarios se preguntan qué hacer ante estos nuevos equipos. Y la pregunta, como siempre, depende de las necesidades de cada uno.

Los Apple Silicon traen una serie de mejoras difíciles de ignorar. La mayor potencia y autonomía son un sueño hecho realidad. Y el hecho de que Apple controle ahora el procesador principal, augura un soporte de software muy longevo. Sin embargo, decantarse por un Mac con Apple Silicon ahora supone apostar por un procesador que aún no conocemos. Y eso despierta reticencias a la hora de trabajar con estos equipos. Aquí, mi recomendación personal es clara.

Si necesitas un equipo ahora mismo o en los próximos meses, hazte con uno ahora. Se acaban de actualizar y pasará aún un tiempo hasta que veamos cambios y mejoras en este frente. Pero si puedes esperar porque tu equipo actual te permite seguir trabajando como hasta ahora, espera.